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Falleció la escritora e historiadora Amor Perdía

Hija de uno de los dirigentes montoneros, la poeta Amor vivió exilio, dolores y alegrías acompañando a su familia que deambuló por distintas geografías.

Noticias 25/05/2023 Redacción HC
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Amor Perdía - Fotos: Gabriela Hernández

El portal Resumen Latinoamericano reprodujo una entrevista realizada por Margarita Eva Torres para La Pulseada. En esa nota, la hija del líder montonero Roberto Cirilo Perdía, mencionaba que ella tuvo una infancia itinerante. Clandestinidad, exilio, riesgo y lucha eran vocablos de su cotidianidad.

Respecto de una de las preguntas motoras de la existencia humana: Quién soy, ella aclara de entrada: “Yo no soy mi papá. Soy otra persona”. Llevar un apellido cargado de historia puede ser un peso, sobre todo en la adolescencia, cuando se establece la propia identidad, que si bien es siempre en relación a otros, es, por definición, diferente de los otros".

Amor Perdía, nació Santa Fe en 1973 y en 1979 se fue a Cuba con sus padres. Volvió para terminar la secundaria y para recibirse de profesora en Historia, en la Universidad Nacional del Litoral. Ha sido docente rural, metropolitana, itinerante. Como escritora publicó los libros “Dos náufragos, un cronista y catorce certidumbres” (1995); “La epopeya, el emisario, los salvos y el escritor” (1996); y El testamento, la tribu y el árbol en llamas (1998). Ha escrito obras de teatro para adolescentes y en 2013 publicó su primer libro pensado para niños, “Problemas por llegar tarde”.

Sobre su infancia en Cuba, donde hizo la escolaridad primaria, tenía los mejores recuerdos: "Fui profundamente feliz, pese a que quería estar con mi mamá y mi papá en mi casa. Pero en ese contexto, tuve algo grupal que no volví a sentir nunca más en ningún lado, una cosa de pertenencia difícil de explicar. Es sentir con el otro: si algo al otro le duele, a vos también te duele, pero si el otro es feliz, vos también lo sos. Como si las emociones se pudieran repartir. Entonces nada es lo suficientemente pesado, ni uno es egoístamente feliz sin importarle si los de alrededor lo son. Es una sensación de protección que no volví a sentir. Desde entonces he buscado y he encontrado grupos lindos donde trabajar, pero esta cosa de pertenecer a algo colectivo y sentirse protegido, no lo volví a percibir".

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Fuente: Resumen Latinoamericano - La Pulseada

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