Hace muchos años, cuando el sistema operativo GNU/Linux apenas era una cosa de los nerds pero que crecía a pasos agigantados por distintas razones que serían largas de mencionar, la empresa Microsoft comenzó una campaña llamada FUD por sus siglas en inglés. Fear (miedo) Uncertainty (incerteza) y Doubt (duda).
Se alegaba por ejemplo que como era posible que un sistema operativo construido por una comunidad de programadores conectados por la Internet sea más estable y seguro que el que una empresa como Microsoft, que pagaba por el desarrollo a los mejores del mundo.
Decía que lo más probable es que ese desarrollo se detuviera y entonces quienes hayan apostado al software libre en general y al GNU/Linux en particular, habrían perdido dinero y esfuerzo.
Lo más indignante es que el GN/Linux se podía obtener absolutamente gratis y en aquellos días el MS-Windows, el sistema operativo de Microsoft era bastante oneroso, con fuertes cláusulas de uso y confidencialidad.
Alegaba que seguramente el sistema tenía graves fallas de seguridad porque no tenía el control de calidad de una empresa por detrás y que además carecía por ser un desarrollo completamente voluntario de soporte técnico por parte de una empresa.
Ese discurso pretendía detener el avance del software libre que en aquellos días ya estaba en la tercera etapa que describió alguna vez el Mahatma Ghandi: “Primero te ignoran, después se ríen de ti, luego te atacan, entonces ganas.” Como pasó en realidad, hoy en día los servidores en la Internet ejecutan en su mayoría GNU/Linux y la base de Android es ese sistema operativo.
Leyendo los diarios como Clarín y La Nación y viendo algunos canales de televisión me parece tener un deja viu con este concepto del FUD.
Como el gobierno tiene una posible solución para la pandemia con la vacuna de origen ruso, la Sputnik V de la que ya obtuvo unas millones de dosis, la oposición encarnada en estos medios se dedica a hacer FUD, a crear miedo, dudas e incerteza.
Lo hacen desde el mismo lugar donde lo hizo en su momento Microsoft, desde el lugar de quien tiene la sartén por el mango y debe disciplinar a quienes quieren salirse por fin de la pesadilla de la pandemia.
No tienen argumentos técnicos ni científicos, tal como fue en aquel momento con GNU/Linux, son argumentos que apelan a lo emocional: a instalar miedo y dudas mediante incertezas.
Su estrategia no carece de éxito, muchos dudan de ponerse la Sputnik V. Esperemos que el Mahatma Ghandi siga teniendo razón.
*Ingeniero - Escritor / Coordinador web de HoraCero